El Yoga: Amor y Paz en Movimiento
- Jessy Martinez
- 11 ago
- 2 Min. de lectura
En el corazón del yoga habita un principio fundamental llamado Ahimsa, que significa “no violencia” o, en palabras más sencillas, vivir desde el amor y la compasión. Cuando lo practicamos, entendemos que el yoga no es una lucha contra nuestro cuerpo ni una competencia con nosotros mismos o con los demás. Es un camino de encuentro, un abrazo profundo al ser.
Muchas veces escucho frases como: “Si no sudas, no sirve” o “Si no duele, no estás trabajando”. Y quiero decirte, desde el alma, que eso no es yoga. Esa es la mentalidad de un entrenamiento físico de gimnasio, donde la meta suele medirse en fuerza o resistencia. El yoga, en cambio, nace de una necesidad mucho más profunda: la paz mental, el equilibrio interior y la conexión con nuestro espíritu.
El yoga no busca que te castigues, sino que te escuches. No pretende que rompas tus límites, sino que los reconozcas con amor y los expandas suavemente. Sí, a veces el cuerpo se mueve, el corazón late un poco más rápido y el sudor aparece… pero no es el objetivo. El verdadero propósito es encontrar un espacio interno donde la respiración sea un puente hacia tu calma y donde cada postura te recuerde que tu cuerpo es tu hogar, no un campo de batalla.
Practicar yoga es regalarte un momento para sentir, no para forzar. Es honrar tu cuerpo con gratitud, tu mente con serenidad y tu espíritu con luz. Cuando practicas desde el amor, cada inhalación es paz y cada exhalación es una entrega.
Así que, la próxima vez que te acerques al tapete, recuerda:
No se trata de cuántas posturas lograste o cuántas calorías quemaste.
Se trata de cuánta paz encontraste y cuánto amor te diste.
Con cariño y luz,
YogaShunia









Comentarios