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El Yoga No Siempre Es Paz: La Sombra Que También Hay Que Aceptar

  • Foto del escritor: Jessy Martinez
    Jessy Martinez
  • hace 11 minutos
  • 2 Min. de lectura

El Yoga No Siempre Es Paz: La Sombra Que También Hay Que Aceptar


Por: Jessica Martínez & YogaShunia


Cuando pensamos en yoga, la mayoría de las personas imagina paz, luz, sonrisas y cuerpos flexibles en playas exóticas. Pero esa no es toda la verdad. El yoga no siempre es paz. El yoga, bien practicado, es un espejo que nos confronta, una práctica que nos sacude por dentro, que nos hace mirar justo donde duele.

Y eso también es espiritualidad.


El yoga como espejo del alma

En la filosofía del yoga —especialmente desde los Yoga Sutras de Patanjali— se nos habla del “chitta vritti nirodha”, es decir, la cesación de las fluctuaciones de la mente. Pero ¿cómo cesar esas fluctuaciones si no somos capaces de enfrentarlas primero?

Cuando nos sentamos a meditar o a practicar asanas, lo que emerge muchas veces no es paz, sino ira, tristeza, ansiedad, miedo…

Y ahí es donde empieza el verdadero trabajo espiritual.


La cultura de la “positividad” y la negación de la sombra

Muchos espacios de yoga promueven una idea romántica y, a veces, tóxica: “todo es amor y luz”. Pero la espiritualidad real, como diría Carl Jung, requiere abrazar también nuestra sombra.

No podemos iluminar lo que no queremos mirar.

El yoga, si es auténtico, no solo te relaja, te revela. Y a veces, esa revelación duele.


El despertar espiritual también se siente como una crisis

Hay quien deja de practicar yoga cuando empieza a remover emociones fuertes. No porque el yoga sea malo, sino porque está funcionando.

Lo que llamamos “despertar espiritual” muchas veces viene acompañado de noches oscuras del alma.

Y eso está bien.

No estás retrocediendo. Estás desnudando capas que ya no te sirven.


Las posturas incómodas también son sanación

Cada postura que incomoda el cuerpo tiene un equivalente emocional.

¿Te cuesta abrir el pecho? Tal vez te cuesta recibir amor.

¿Evitas Savasana (la postura final)? Quizá te da miedo estar contigo misma.

¿Sientes frustración en equilibrio? Tal vez te cuesta confiar.

En YogaShunia no solo enseñamos posturas: te acompañamos a sostener lo que duele, para que puedas soltarlo en conciencia.


¿Y entonces, cómo seguir cuando el yoga confronta?

  1. Respeta tu proceso. No tienes que “estar bien” todo el tiempo.

  2. Busca guía espiritual o terapéutica. El yoga no sustituye a la terapia, pero puede complementarla.

  3. No te compares. Cada quien está en una etapa diferente.

  4. Sosténte con amor. A veces, solo respirar con compasión ya es un gran avance.

  5. Recuerda: lo que emerge, sana.


En YogaShunia te acompañamos a mirar también tu sombra, no para quedarte en ella, sino para transitarla con compasión y conciencia. Porque el yoga verdadero no solo te hace más flexible el cuerpo, sino más fuerte el espíritu.



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